EL BORBÓN EN LA SOMBRA: Por qué Miguel Urdangarin es el nieto de la reina Sofía más ninguneado

Claudia Vila

Las imágenes de la familia real en el funeral de
Constantino de Grecia devolvieron a los medios a uno de los personajes más desconocidos,
Miguel Urdangarin. Durante sus 20 años de vida, el joven ha elegido el camino de la privacidad. Se ha alejado de las
polémicas, incluso de la familia real.

El hijo de la
infanta Cristina se quedó sin ver a su abuelo
Juan Carlos I cuando visitó España el año pasado y se ha mantenido sin opinar sobre la separación de sus padres. Este martes, 24 de enero, se cumple un año del famoso comunicado enviado por la
infanta Cristina e
Iñaki Urdangarin donde se anunciaba que habían decidido interrumpir su relación matrimonial.

En aquel momento, fue su hermano Pablo el que se convirtió en portavoz involuntario de sus padres. Él sí que habló con los medios. Él sí que dio explicaciones. Él sí que se convirtió en el personaje del momento. Pero Miguel se mantuvo al margen, como ha hecho siempre.

Hace una semana reaparecía más maduro que nunca, igual que su hermana
Irene Urdangarin. Pero, a diferencia de ella, el nieto de la
reina Sofía ha sido el más ninguneado por la prensa, hasta el punto de parecer un misterio. Las imágenes de los Borbones reunidos han mostrado esa nueva faceta de Miguel en la ceremonia, sin miedo a las cámaras mientras apoyaba a su madre. Fue protagonista de uno de los momentos más tiernos, cuando le tomó la mano y la
besó.

Por qué Miguel Urdangarin es el royal desconocido

Miguel se ha situado al margen porque ha preferido llevar un tipo de vida más
intelectual y con un perfil de popularidad más bajo. Nació en Barcelona el 20 de abril de 2002 y tuvo como padrino al
rey Felipe y como madrina a su tía Lucía, la menor de los hermanos de Iñaki. Noveno en la línea de sucesión, se le describe como muy
buen estudiante, aplicado y educado.

Su amor por el conocimiento le llevó a probar con la música. Gracias a ella, conseguía unir a la
infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Lo describe la periodista Sílvia Taulés en Vanitatis: «Aprendió a tocar el
piano en el colegio. Muchos recuerdan aún hoy a sus padres en el auditorio del Liceo Francés viendo a su hijo actuar. Las clases las retomó en Ginebra cuando se mudó la familia y allí se repetía la escena, casi romántica, del niño al teclado y los padres admirados».

Pero su verdadera pasión le llegó en el lugar más inesperado, en Mallorca. Durante sus vacaciones practicaba vela, surf y esquí acuático. Incluso hace unos años salió a navegar con su tío Felipe en Palma. Se había enamorado de ese azul. Por eso, cuando cumplió la mayoría de edad, se decantó por estudiar
Ciencias del Mar. Quería conocer los procesos físicos, las corrientes, las mareas y todo lo que implicara ese campo del saber. Se mudó a
Londres, lejos de todos.

Miguel Urdangarin, su hermano Pablo Valentin y su hermana Irene.

Su actitud de niño era muy diferente a la que tiene de adulto. Se le veía pegado a su primo más polémico,
Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón; abrazados y entre risas. Ambos tenían fama de ser los graciosos de las reuniones, entretenían con sus bromas a toda la familia.

Se produjo un cambio en él con el paso del tiempo, por todos los problemas que llegaron: cuando
encarcelaron a su padre, cuando Iñaki se separó de su madre y cuando se filtró la noticia de la nueva novia del empresario,
Ainhoa Armentia (a la que de momento no conoce personalmente).

Su hermano
Pablo Nicolás ha sido el más expuesto, se ha hecho popular entre las generaciones más jóvenes y se ha convertido en una estrella del balonmano. Mientras, Miguel (que cada vez se le parece más; ambos son altos y de ojos claros) quedó relegado a momentos concretos. Sus dos grandes actos públicos como protagonista han sido su bautizo y su comunión.

El hijo de la infanta prefiere estar fuera del mapa de la actualidad. No consta que haya ido a visitar a su prima, la
princesa Leonor, que también vive en el Reino Unido. Según la revista Hola, su carácter es más parecido al de la hermana de la heredera, la
infanta Sofía: tienen el mismo sentido del humor.

Cuál es la relación entre Miguel Urdangarin y Juan Carlos

Cuando Miguel Urdangarin nació, Juan Carlos I estaba henchido de orgullo. «Miguel ha nacido con los ojos abiertos», explicó. Dos décadas después, la relación entre abuelo y nieto está en el aire. Se mantienen
distantes, pero simbólicamente unidos.

La complicidad de Juan Carlos y Miguel se encuentra en un pequeño objeto. El joven lleva un sello de oro en el dedo meñique en su mano izquierda, una costumbre heredada del emérito. Es un guiño directo.

No obstante, el hijo de la infanta prefiere su calma. Por eso, el año pasado se quedó en el Reino Unido durante la visita de
Juan Carlos I a España, según la revista Semana. Tras su largo viaje desde
Abu Dabi, de los cuatro hijos de la infanta Cristina, solo fue uno a verle. Pablo Urdangarin fue el único que se encontró con el emérito en Pontevedra, donde el rey anterior asistió a un partido de balonmano. Miguel está decidido: prefiere centrarse en los
estudios.