Es de conocimiento público que Condorito trascendió fronteras. Su revista se comercializó en toda Latinoamérica, incluyendo Colombia. De este modo, se universalizó el concepto del “plop”, el desmayo ante una respuesta sorpresiva, el remate de cada chiste del cómic.
Esta fue la imagen que tomó Aterciopelados, más el género del tropipop, propio de tierras cafeteras. La fusión dio origen a “Tropiplop”, el álbum más reciente del conjunto, que traerá a Chile en dos conciertos, el primero de ellos este jueves en el Club Chocolate a las 20:00 horas. También se presentarán en el Festival Trotamundos de Quilpué este sábado 4 de febrero.
Uno de sus singles es “Antidiva”, cuya descripción en el videoclip de YouTube reza de la siguiente manera: “Una heroína que ha logrado sobrevivir en la industria musical desafiando el establecimiento, a pesar de y gracias a no representar al estereotipo sexy que se impone, logra encarnarse como la libertadora de la feminidad“.
En conversación con ADN, Aterciopelados habló de este “Tropiplop”, que se dio en un contexto más cargado al “plop” que al “tropi”, en especial considerando la pandemia del covid-19 y la situación política de Colombia.
El “plop” por sobre el “tropi”
Andrea Echeverri y Héctor Buitrago se mostraron felices de volver al Club Chocolate para mostrar su “Tropiplop”, además de los clásicos de siempre como el “Bolero Falaz”, que forma parte de la banda sonora de América Latina. El más reciente trabajo musical de Aterciopelados estuvo a cargo de Leonardo Castiblanco, guitarrista de la banda.
En la entrevista, ADN consultó a ambos sobre el concepto “plop” del disco. No solamente fue por el covid-19, sino también por el estallido social que se vivió en Colombia, que derivó en protestas y muertos, además del cambio político desde el “Uribismo” al gobierno de izquierda de Gustavo Petro.
“El plop mayor fue durante la pandemia, todo lo de la pandemia fue plop tras plop. No es ponerse a analizar qué fue lo que pasó. Pero, pues, creo que nunca antes uno se sintió tan como una marioneta impotente, engañada, utilizada. Eso fue bien bravo”, señaló Andrea.
Para Héctor, el “plop” es “la sorpresa de todo lo que estaba pasando, de la pandemia, de la corrupción, porque también ha salido a flote la corrupción a nivel global, de las instituciones, de los gobiernos, de los políticos”.
“Creo que el momento actual más bien es de esperanza, de dudas también“, sostuvo Andrea Echeverri. “Creo que el poder engendra muchas dudas, el poder corrompe, pero en este momento en nuestros país estamos muy esperanzados en que las cosas cambien y sí, hice algo diferente, porque después de tantos años de las mismas élites, de las mismas mentiras, de las mismas corrupciones, ahora esperamos que empiecen a cambiar las cosas”.
La Colombia de la furia
Consultados sobre cómo vivieron el estallido social en Colombia, Héctor Buitrago explicó que “salimos de cientos de años de gobierno de un estilo y por fin tenemos un gobierno popular que sabemos que tampoco es fácil, pero por fin es un cambio”.
“De todos modos, yo soy de la tendencia de que los conflictos que vivimos nosotros por las ideologías, de la izquierda, de la derecha, de todo esto, finalmente lo que hace es que nos divide y beneficia a otras élites, que están más arriba de todo”, añadió.
Junto con afirmar que “también debemos trascender, encontrar caminos para construir entre todos un proyecto de país, un proyecto de humanidad, más allá de las ideologías que nos desunen. Por lo menos en Colombia hay cambios y estamos con esperanza, que todo estará mejor”.
La humanidad al revés
El tropipop es un género colombiano más cercano a lo comercial. Por eso, y aprovechando el “plop”, Aterciopelados construyó una ironía para hablar no solamente de las sorpresas, sino también de una industria musical marcada por lo urbano, que incluso tiene a algunos colombianos como embajadores.
Sobre el tropipop, Héctor señaló que “es un género que tiene que ver con una música folclórica de acá, pero tal vez en una presentación muy comercial. Entonces esa presentación ha sido un poco pasteurizada por la música tropical, vallenato o música folclórica colombiana. Era ese tono irónico que queríamos manejar en esa canción y luego le sumamos el “plop” porque era darle más énfasis de asombro por lo que estaba ocurriendo en el mundo”.
“La música es el reflejo de lo que estamos viviendo como sociedad y humanidad, una humanidad que en muchos sentidos tiene los valores al revés. Importa cómo nos vemos, que lo que pensamos y sentimos, donde importa más la rumba y el entretenimiento, banalizado. Y un poco de ahí salen las músicas actuales”, reflexionó Héctor, sobre la música urbana.
“Es una música que tiene un ritmo que, a nivel de producción, muestra cómo la música va evolucionando. Es una música que invita a bailar y es muy sensual, todo esto permite también romper tabúes. Pero, de todos modos, lo que vemos con los videos y la estética es el reflejo de lo que somos como sociedad“, agregó.