Que Tobey Maguire volviera a Spider-Man sería un gran error

Hace poco más de un año nos reencontramos con dos de nuestros viejos amigos arácnidos, Tobey Maguire y Andrew Garfield, en plena histeria de multiversos que supuso la trama de Spider-Man: No Way Home. Aquella película también confirmó el regreso de seis de los villanos más populares de la serie de largometrajes sobre el superhéroe, principalmente el Duende Verde de Willem Dafoe y el Doctor Octopus de Alfred Molina. Fue divertido en su momento: la primera vez que Maguire se enfundaba en la licra en quince años, ocho para Garfield, y una agradable inyección de nostalgia para los que crecimos con ellos en la piel de Peter Parker.

En retrospectiva, parece una tontería haber dudado alguna vez del resultado en taquilla de la triple entente Garfield-Maguire-Holland, pero que No Way Home recaudara casi 2.000 millones de dólares en todo el mundo, situándose firmemente en el top de las películas que más han recaudado en la historia, fue un triunfo que pocos predijeron. En su versión cinematográfica, Spider-Man siempre ha sido popular, alcanzando de forma habitual los 1.000 millones en todo el mundo, pero que éste superara tan rotundamente a sus predecesores nos dejó clara una cosa: la nostalgia vende, y está aquí para quedarse.

En consecuencia, desde que se estrenó No Way Home, se ha rumoreado mucho sobre que Maguire, Garfield y otros villanos podrían regresar para hacer más apariciones en el Universo Cinematográfico de Marvel, incluso con sus propias películas. Por el momento son fanfarronadas y especulaciones, sin ningún proyecto concreto, pero ahora sabemos que al menos uno de ellos estaría encantado de volver a ponerse la máscara.

Charlando con Marvel.com sobre el rodaje de No Way Home, Tobey Maguire se ha sincerado sobre lo emocionante que fue recibir la llamada para recuperar a su personaje en la última entrega de Spidey, subrayando que estaría más que dispuesto a repetir: “Me encantan las películas y la franquicia al completo”, explicó. “Si me llamaran y me dijeran:  ‘¿Te gustaría aparecer en esta película o leer esta escena o hacer algo más de Spider-Man?’, les diría que sí. ¿Quién no querría hacerlo?”.

Un tanto ambiguo, ¿no? Como muchos fans han apuntado astutamente en internet, las declaraciones de Maguire se producen tras el anuncio el año pasado de Secret Wars, la entrega de Vengadores que se estrenará en 2026, y que se espera que sea un crossover que supere cualquier cosa que hayamos visto antes en el UCM. Escoge cualquier nombre de los cómics —o de una adaptación cinematográfica de Marvel, incluso de las que se quedaron por el camino en los tediosos años previos al UCM— y seguro que aparece entre los candidatos, ya sea durante una fracción de segundo, con línea de diálogo o como protagonista.

Los cameos, esos deliciosos chutes de familiaridad que nos embriagan de dopamina, están muy bien como aperitivo, pero nunca deberían ser el plato principal. Son una gran oportunidad para complacer a los fans —una o dos escenas con un viejo conocido, como Maguire—, pero existe el riesgo de que interrumpan la evolución del Universo Cinematográfico de Marvel, que necesita nuevas ideas, personajes interesantes y arcos y relaciones que realmente nos emocionen. Ése ha sido un problema clave en la última fase de las películas: por ejemplo, Doctor Strange y el Multiverso de la Locura, donde los cameos se convirtieron en el principal reclamo de marketing, a expensas de la visión estilística única de Raimi o de una trama más cohesionada.